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  • Foto del escritorVALENTÍN TORRES

AUTOESTIMA TUYA O MÍA

Actualizado: 13 mar 2018

Pasamos una gran parte de nuestro tiempo buscando aceptación, halagos

y otras menciones de personas con la que estamos en contacto continuamente y depositamos en ellos cierta confianza, no esta del todo correcto dejar esa responsabilidad a los demás debido a que con seguridad habrán comentarios y actitudes negativas que puedan interrumpir un proceso o iniciativa del cual esperamos un resultado en beneficio de nuestro bienestar, cuando en realidad todos los días arrastramos nuestra propia imagen y conceptos de nosotros mismos con virtudes y debilidades que nos hacen lo que somos definiendo nuestro comportamiento y sobre todo nuestros sentimientos para con nosotros mismos en primer lugar y definiendo el modo de como ínter actuamos con otras personas.



Sera posible Gestionar Autoestima:


No es sólo quererse a uno mismo, implica todos los sentimientos, opiniones, sensaciones y actitudes respecto a nosotros mismos que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida.”

Las Dimensiones de la autoestima es decir, las diferentes facetas en la que se desenvuelve una persona marca una diferencia positiva o negativa en el comportamiento para afrontar su siguiente objetivo es entonces cuando gestionar autoestima parece una buena idea.

Dimensión afectiva: Engloba todo lo que tiene que ver con cómo se ve el individuo a sí mismo y cómo define los rasgos de la personalidad. Hace referencia a si se ve: simpático, fuerte, tranquilo.


Dimensión física: Es la valoración se hace de todo lo que tiene que ver con su físico. Incluye todo lo relacionado con su aspecto y con sus destrezas físicas. (se ve alto, fuerte, guapo.)


Dimensión social:Hace referencia a si la persona se siente querido por parte del resto de los menores y adultos con los que se relaciona. Incluye el sentimiento de pertenencia a un grupo social y lo habilidoso que se considere el menor para hacer frente a las diferentes demandas sociales del medio, como relacionarse con otros niños o solucionar los problemas.


Dimensión académica: Se basa en cómo se percibe en el ámbito escolar, si se cree capaz de rendir académica mente lo que desde el centro escolar se le demanda. Si se considera buen o mal estudiante en relación con su capacidad cognitiva, si es capaz de superar los fracasos.


Dimensión familiar: es como se perciben como parte de una familia y en la relaciones que se establecen dentro del núcleo familiar. Es fundamental las respuestas que obtengan dentro de la familia para el desarrollo de su autoestima.




Aceptación y Necesidad de Aprobación.


“Somos únicos e irrepetibles, por lo tanto es natural dar respuestas propias y originales.”

Cada uno de nosotros y nosotras somos diferentes, personas únicas e irrepetibles. La diversidad de puntos de vista, opiniones y preferencias enriquecen una sociedad que tiene en la diversidad un valioso atributo, esencial en el desarrollo pleno y saludable de las personas. Sin embargo, en muchas ocasiones, manifestar nuestra opinión, defender nuestros deseos personales nos genera malestar. La necesidad de aprobación expresa una inseguridad emocional que conviene conocer y aprender a manejar; ¿el objetivo? lograr un correcto equilibrio entre nuestra autoestima y el natural deseo de afecto y aceptación.



Esta vivencia relacionada con la deseabilidad social es frecuente y hay una parte positiva en el hecho de no enfrentar con brusquedad nuestro punto de vista al de los demás: pone en juego la capacidad para empatizar y tener cuenta las opiniones diferentes, flexibilizar y contemporizar con las ideas y preferencias distintas a las nuestras. Y esto requiere de capacidad para tolerar la discrepancia, la frustración y optar por el bienestar colectivo. Una habilidad que manifiesta sin duda un ejercicio de inteligencia emocional y social.




¿Cómo deshacerse de la necesidad patológica de aprobación?


  1. Comprender que no podemos agradarle a todos. Cada persona es única, tiene sus gustos y preferencias por lo que no siempre podremos encontrar suficientes puntos de convergencia, no siempre podemos caer bien y, sobre todo, no debemos ni siquiera tener esa expectativa.


  1. Tú eres tan importante como los demás. Tu opinión vale porque, a fin de cuentas, ¿quién te conoce mejor que tú? Las personas pueden emitir críticas o darte consejos pero eres tú quien toma las decisiones.


  1. El rechazo a una idea o un comportamiento no es un rechazo a tu persona. Normalmente quienes necesitan aprobación constante confunden sus comportamientos con su “yo”. Es decir, el hecho de que te hayas equivocado al hacer algo no significa que seas una persona torpe o poco inteligente, significa simplemente que has cometido un error.

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